
Al comenzar el día
Al empezar cada día, trataré de aprender algo nuevo sobre mí,
sobre ti y sobre el mundo en que vivimos, de tal modo
que pueda continuar sintiendo y viviendo todas
las cosas como si acabaran de nacer.
Al empezar el día, me acordaré de participarte mi alegría,
así como mi pena, de manera que nos podamos conocer mejor
el uno al otro.
Al empezar cada día, me pondré a escucharte de verdad
e intentaré comprender tu punto de vista, al tiempo que
trataré de darte el mío de la forma más suave,
recordando que ambos estamos creciendo
y cambiando de mil formas distintas.
Al empezar el día, recordaré que soy un ser humano y no exigiré
de ti la perfección hasta que yo sea perfecto.
Al empezar cada día, me cuidaré de acercarme a ti y acariciarte
con ternura, porque no quiero dejar de sentirte.
Al empezar el día, me dedicaré a renovarme como hombre
que ama y a esperar los acontecimientos.
Del libro Vivir, Amar y Aprender
autor: Leo Buscaglia
¿Crees que en ocasiones callamos y no decimos lo que sentimos o pensamos? ¿Te ha pasado algo parecido? Escríbenos y cuéntanos, tu opinión nos interesa.
2 comentarios:
Es cierto, todos sufrimos de esa "verguenza humana" cuya maxima forma es la de callar o no decir cosas en el momento quue se debían decir.
Desde chicos hemos aprendido a callar, por una mal entendida lealtad de amigo, por verguenza frente a compañeros mayores y/o de otro sexo, en fin, debido a esto nos llega a parecer natural guardar la cosas; debemos sí guardatrnos nuestra opinión cuando el tino o mejor dicho la cordura así lo requiera. Pero no debemos guardarla si esa opinion está bien fundamentada y es para el bien de todos.
Me habéis mejorado la tarde con estos pensamientos. Su sitio es un oasis, enhorabuena.
Atte. Jordi Guzmán
Publicar un comentario